domingo, 25 de octubre de 2009

Lo voy a decir una sola vez

Me tienes toda. Toda, todita. Me tienes. Yo no me tengo en absoluto, no me queda ni un pelo. Ya me volví completamente loca. Loca por ti. Y me perdí. Yo no me tengo para nada. Me tienes tú. Completita. De pies a cabeza: tuya. A mí ya no me queda ni un segundo de lucidez. Pero shhhh mejor que ni te enteres.

domingo, 18 de octubre de 2009

Madness

Estoy loca, estoy loca, estoy loca, estoy loca !!! Y no me importa!!!! No me importa nada!! No me importa lo que opine la gente, No me importan sus malos augurios!!! No me importa si esto no tiene sentido, si es un absurdo!!! No me importa si "las relaciones a distancia no funcionan" No me importan las pocas probabilidades de que todo resulte como lo soñamos! NO-ME-IM-POR-TA!! Lo único que me importa es que me gustas. LOCAMENTE DESQUICIADAMENTE ME GUSTAS!!!

lunes, 12 de octubre de 2009

los humanos y las estrellas

Los seres humanos y las estrellas estamos hechos de lo mismo, de la misma materia que explotó hace tantísimos millones de años en el Big Bang. Sin embargo, no veo que las estrellas se ofendan unas a otras, que se insulten, lastimen, traicionen, maten. No veo que se odien, envidien, que les sean infieles a sus esposas o abandonen a sus hijos. No veo que se digan mentiras, que se miren feo, que sean malintencionadas; que discriminen, que sean racistas o se crean superiores. No veo en las estrellas la codicia, la sed, enfermiza, de poder que nos caracteriza a los humanos. Hay algo maligno en nosotros. Quizás por eso siempre quise ser estrella. A veces miro al cielo y siento verguenza de ser humana, a veces miro de frente y siento verguenza de desear ser estrella. Por que a pesar de la maldad humana, amo a los niños de la calle, al campesino que no vende sus ovejas, a la señora del mercado que me da una mandarina de yapa... Así que sí, a veces me da verguenza pensar que estoy por encima de los seres humanos, y otras... me siento demasiado estrella para el mundo.

viernes, 9 de octubre de 2009

Lunares

Toma, toma, toma! Me quito los lunares, todos me los quito, para regalártelos. Son tuyos. Para que hagas una fiesta de lunares, y me invites a bailar contigo!

jueves, 8 de octubre de 2009

3 pesadillas

3 pesadillas en una noche son suficientes para tomarme un café, mirando esa nube amorfa que según yo, tiene forma de lagartija. 3 pesadillas bastan para no querer volver a la cama. 3 pesadillas bastan para no volver. Adiós.

martes, 6 de octubre de 2009

Casualidades

Probablemente todas estas cosas que pienso son casualidades. Producto de descargas eléctricas en mi cerebro. Mi cerebro que está hecho de lo mismo que las estrellas. Las estrellas que brillan en el cielo. El cielo que nos cubre a los humanos. Los humanos que pensamos en las estrellas... Las estrellas que no podemos alcanzar...

viernes, 2 de octubre de 2009

La bufanda turquesa

Hoy Nicanor Gutiérrez pasó por la sala, para llegar a la cocina y deshacerse de todas las bolsitas de té, tirar su taza azul contra la pared, y no recoger los escombros. Pero a medio camino, algo turquesa sobre el sillón llamó su atención. ¡Bendito sea Papalindo! ¡Es la bufanda turquesa de Belinda Sánchez! Después de todo, parece que aún quedaban vestigios de esperanza en su corazón. Tomó la bufanda turquesa en sus manos: nunca la textura de un pedazo de tela le había causado tanto placer. Acercó la bufanda turquesa a su nariz: aún conservaba el olor de Belinda Sánchez. De pronto empezó a recordar su ausencia... ¡Mentira! ¡Sí podía sentirse peor! Tenía que hacer algo al respecto... Esa bufanda turquesa olvidada ahí, en el sillón, tenía que significar algo. Así que decidió poner a prueba ese último pedazo de esperanza. Puso agua a hervir. Sintonizó radio Felicidad. Se lavó los dientes. Se engominó el pelo. Tomó la bufanda turquesa en sus manos nuevamente, y se paró junto a la puerta, con las rodillas temblando cual hojas en un árbol; rogándole a Papalindo, que por favor, por favor, no se lleve su mínima esperanza. Que por favor Belinda Sánchez se dé cuenta de que extravió su bufanda turquesa y venga a recuperarla. Para verla solo 5 minutos más. Para sonreirle y derrepente, si se puede, rozar su delicada mano accidentalmente. Para escuchar su voz y sus pausas, quizás por última vez. Para regresar a sentarse en su endeble mesita roja y comer su mandarina de las 6, recordando cada gesto de Belinda Sánchez, cada inflexión de su voz. Para imaginar que todo ocurrió de otro modo, que esta vez sí se atrevió a hablarle.

Nicanor Gutiérrez regresa a casa

Nicanor Gutiérrez se ha dado por vencido. Ha regresado a casa con la barba por los suelos... y la tristeza también. Ha cerrado sus ventanas para no ver la desaparición de Belinda Sánchez en la acera de en frente, todas las mañanas. Nicanor Gutiérrez tiró sus cassettes de boleros grabados con tanta paciencia de radio Felicidad. Y sus mandarinas empiezan a descomponerse en el centro de su endeble mesita roja. Nicanor Gutiérrez piensa: "No podría sentirme peor". Cómo pesa la vida sin Belinda Sánchez... cómo pesa!

jueves, 1 de octubre de 2009

Vagabunda

Ella camina por la calle, cual vagabunda, sin rumbo.
El smog cae sobre su rostro, pero ella lo convierte en brisa marina.
Los hombres la miran, y ella lo sabe, pero lo ignora.
Está tan absorta en sus pensamientos que a veces cree que la gente puede oirlos.
De pronto los edificios de concreto se convierten en árboles gigantes.
Y el asfalto bajo sus pies se torna verde.
Entonces se pregunta:
¿Si el mundo es una construcción social, por qué mi mundo interior, el que invento cada día, sería menos real?