Crecer

He cambiado tanto y sin embargo; no sé cuánto.
No soy la de antes pero ya no sé quién soy.

Quise tanto ser libre, que me prohibí sentir y pensar cosas que me alejaran de esa libertad.

Por soltarme una cadena, otra me ata ahora. 

Y entonces... soy más o menos libre que antes?

Ya no sé dónde estoy!

Ya no sé dónde buscar la paz.

Ya no sé dónde esconderme.

Y aún me siento atada, miles de cadenas oprimiéndome.

¿Cómo salir de esta jaula que siempre he sido esencialmente yo?

Reconocer esa esencia no me hace feliz, pero reprimirla lo haría?

Crecer no es cosa fácil.

Ciega

No hay nada en mis palabras que valga la pena ser escuchado.

Mis verbos han perdido conexiones y ya no tienen sentido, ni dirección.

No queda siquiera una pizca de honestidad.

He quedado ciega de alma y ya no puedo mirarme hacia dentro. 

No quiero decir nada de lo que digo. Nada de lo que digo es cierto.

No sé a quién quiero tocar, ni cómo, ni para qué,

con estas mis palabras manoseadas, moribundas.

Si aún existen... ya no significan.