Tu andar de Hombre invencible,
no me engaña.
Tus aires de Hombre que no me necesita,
a mí, no me engañan.
Tus silencios de misterio,
NO me engañan.
Tú eres una cebolla enorme,
y todas las capas detrás de las que te escondes,
solo sirven para mantener tus fragilidades en secreto,
por que hasta su simple existencia te averguenza, te mortifica.
Sospecho que estás lleno de miedos, de inseguridades.
Y que esa tu actitud, es tu forma de callar tus súplicas de amor.
Tú, a mí, NO me engañas.
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