Cumplir 25 años no es cosa fácil.
Una empieza a darse cuenta de que la niña en el espejo ya no es tan niña.
Cumplir 25 es darse en la cara con todo lo que no ha sido hecho.
Es darse cuenta de que el tiempo no fue suficiente,
y quizás nunca lo sea.
Desde aquí el trayecto se ve más largo de lo que se sentía.
En retrospectiva una puede ver los highlights de una vida de la que no se sabe qué esperar.
Y una se pregunta si eso que subrayamos hoy es lo mismo que subrayamos hace unos años.
Una entiende que -ahora sí- empezó la vida adulta de verdad.
Las responsabilidades que nunca quisimos asumir... están aquí, ya no se pueden evadir.
El crecimiento que nunca pensamos llegaría tan pronto..
¿Adivina qué? Ya llegó hace rato.
Solo nos queda subirnos al coche, antes de que nos deje.
Cumplir 25 es empezar de verdad, ahora sí, en serio.
Cumplir 25 no es cosa fácil. No señor.
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