Creía que el amor de verdad debía ser puro, que no debía estar contaminado por el ego. Que uno debía amar al otro por quién es, sin pretender cambiarlo. Creía que uno no elige de quién se enamora. Que el amor debía ser incondicional, y no estar sujeto a los sentimientos del otro. Creía que el amor debía ser valiente y generoso.
Entonces decidí amarlo de verdad:
No lo juzgué, traté de entenderlo. Me mantuve cerca, sin importar cuán fea pudiera ponerse la cosa. Lo único que exigí fue sinceridad, y estuve siempre dispuesta a escuchar. Hubo veces en que sentí rabia, o celos... Y todas esas veces volví pidiendo perdón, amándolo más. Todas las veces que su torpeza me lastimó lo perdoné en mi corazón. Busqué puentes que me mantuvieran conectada a él y traté de sentir lo que él sentía. Y aunque mil veces eligió a otras mujeres antes que a mí, solo me aparté de él temporalmente. Para reunir fuerzas. Para volver con más amor.
La gente creía que yo seguía ahí por que no me quería a mí misma lo suficiente como para enamorarme de un chico que sí me quisiera. Pensaban que tenía baja autoestima. Que creía que no merecía ser amada. "We accept the love we think we deserve", citaban.
Nunca me entendieron:
Él me amaba, a su manera. Y yo no juzgué su amor. Decidí no rechazarlo solo por que "no era suficiente", o por no ser el tipo de amor que a la gente le pareciera "correcto" o aceptable...
No quería conformarme con un chico que me quisiera pero de quien no estuviera enamorada. Eso es para mí la verdadera baja autoestima. Uno no elige de quién se enamora, y tampoco elige cuándo deja de sentirse enamorado. Esa es una certeza que siempre tuve: que yo no podría decidir cuándo se acabaría. Las cosas se acabarían cuando se acabaran. No era una decisión racional que yo pudiera tomar.
Nunca creí que no merecía ser amada:
Lo amé así porque quería merecer ese tipo de amor. El amor que yo proponía y ejercía.
Cómo pretendemos recibir un amor que no estamos dispuestos a dar?
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