Estoy hecha de miedo. De penas anticipadas.
Mis piernas son temblor y ganas de correr.
Pero mi corazón sigue aquí, quiere quedarse a toda costa.
Estoy hecha de espanto.
De lágrimas de incertidumbre.
Me invade un deseo incontrolable de acurrucarme en tu pecho y consolarme sintiendo tu sangre bajo tu piel.
Y al mismo tiempo soy taquicardia.
Tengo este instinto autodestructivo que me lanza de cara al peligro.
Y en mi cabeza suenan alarmas de alerta.
Soy puro pánico.
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