El verdadero infierno humano

Mierda.

Estamos atados a nosotros mismos de por vida.

No hay manera de salirnos de nuestros cuerpos ni por un segundo.

Estamos condenados a escuchar nuestros pensamientos 

hasta el fin de nuestros días.

Y qué pasa si cada pensamiento es más terrible que el anterior?

Y qué pasa si odias la torpeza de tus brazos que se mueven cuando hablas?

Y si no soportas el sonido de tu voz?

No habrá jamás un instante de silencio en toda una vida.

Mierda.

No se puede tapar el sol con un dedo

Bueno ya está.

He sido transgredida.

Traspasada.

Atravesada.

He sido vencida.

Reducida.

Yo que me creía invencible.

He sido derrotada.

Estoy enamorada.

Mar de los delirios

Oh! Mar... Maravilloso mar...

Maravilloso mar de los delirios

Ven, cubre mi piel

Cúbreme toda con tus aguas..

Quiero envolverme 
En tus sábanas de sal y delirio...

Mar...

Cuando me miras con amor. 
Cuando me miras.

Cuando me miras con tus ojos.

Cuando respiras.

La vida es un segundo

Aquí y Ahora es todo lo que hay. 
La vida es este segundo y nada más.

La vida es el segundo que dura este pensamiento. 
Lo demás no existe.

Lo demás es recuerdo o imaginación. 
Lo demás es humo. No existe.

La vida es un segundo.

Y ya pasó.

Crecer

He cambiado tanto y sin embargo; no sé cuánto.
No soy la de antes pero ya no sé quién soy.

Quise tanto ser libre, que me prohibí sentir y pensar cosas que me alejaran de esa libertad.

Por soltarme una cadena, otra me ata ahora. 

Y entonces... soy más o menos libre que antes?

Ya no sé dónde estoy!

Ya no sé dónde buscar la paz.

Ya no sé dónde esconderme.

Y aún me siento atada, miles de cadenas oprimiéndome.

¿Cómo salir de esta jaula que siempre he sido esencialmente yo?

Reconocer esa esencia no me hace feliz, pero reprimirla lo haría?

Crecer no es cosa fácil.

Ciega

No hay nada en mis palabras que valga la pena ser escuchado.

Mis verbos han perdido conexiones y ya no tienen sentido, ni dirección.

No queda siquiera una pizca de honestidad.

He quedado ciega de alma y ya no puedo mirarme hacia dentro. 

No quiero decir nada de lo que digo. Nada de lo que digo es cierto.

No sé a quién quiero tocar, ni cómo, ni para qué,

con estas mis palabras manoseadas, moribundas.

Si aún existen... ya no significan.

De cara a la realidad

Soy una pésima escritora.

Todo lo que escribo tiene la misma estructura, la misma cadencia, el mismo ritmo, las mismas metáforas.

Soy monotemática.

He escrito mil veces el mismo estúpido poema.

Sobre mi fobia al abandono, mi terrible miedo a enamorarme, mi terrible miedo a no sentir.

Ya basta de tanta cojudez, por dios!

Un par de cachetadas es lo que me falta, y de una vez por todas, vivir!

Terror

Cómo no entrar en pánico,

Si me encuentro pensando en ti tantas veces al día.

Cómo controlar las ganas de salir corriendo,

Si la ternura que me produces es insoportable.

Cómo no sentir terror,

Del enamoramiento del que pudiera ser víctima.

Cómo no, mi amor, cómo no.

Si alguna vez me preocupó la incapacidad de amar;

Nada me inquieta más, que la posibilidad 

De estar al pie de ese doloroso mar de los delirios.

Canto rodado

De pronto siento el caudal de un río embravecido, golpeando sus olas contra las paredes de mi garganta.

¿Qué me hago yo con todos estos cantos rodados que no tienen idea de a dónde van?

mis deseos de año nuevo

Escribe tus deseos me dijeron, y se harán realidad.

Para este año deseo poesía, emociones a flor de piel...

pasiones intensas, grandes aventuras...

Deseo más oportunidades que aprovechar,

grandes pruebas que hagan de mí una gran persona.

Deseo música y sicodelia,

deseo enamorarme de cada pequeño detalle de mi vida,

deseo estar siempre al pie del mar de los delirios,

deseo vértigo.

Vértigo del bueno!

Al pie del abismo*

Estoy harta de la guerra constante.

¿Y si pido una tregua?

Mi mente y mi corazón no pueden seguir peleando.

Mi corazón no lo resiste más.

¿Cuáles son sus chances?

Aún si encontrara fuerzas en algún lugar de su interior,

y lograra vencer a mi mente;

eventualmente la pena y el desamor acabarían con lo poco que queda de él.

Todos estos abismos seduciéndome...

¿Y si me dejara caer?

¿Encontraría la paz?

¿Cómo saber si es amor?

Sé que es grave cuando el taxista está escuchando "Ritmo Romántica" y de pronto me encuentro pensando en ti...

El Teatro

es mi trabajo, 

mi hobby,

mis vacaciones,

mi casa,

mi escondite,

mi familia,

mi novio,

mi amante,

mi hijo,

mi sueño,

mi mundo,

mi vida.

Creo que el amor debe ser así.

Vasto.

Generoso.

Sin preguntas.

Con una gran zona de perdón.

Sin pataletas.

Creo que debe ser como ese llamado, 

al que tarde o temprano acudirás.

Con los ojos cerrados.

Y todo lo demás abierto.

Nido de arañas

Se ha llevado con él, mis palabras.

Ya no sé dónde buscarlas.

Se las ha llevado todas.

¿Qué le diré si decide regresar?

¿Me devolverá mis palabras para gritárselas todas a la cara?

Hay un nido de arañas en su boca.

Arañas comiéndose las palabras que alguna vez le dije, 

y él no puede dejar de repetir.

sobre árboles que mueren de pie

Si no me vas a querer intensamente, no quiero.

Porque yo estoy a una decisión de enamorarme.

Y si digo sí después no podré decir no.

Si dejo que esta hojita verde crezca, se convertirá en un árbol, en un secoya.

Y después no quiero verlo morir de pie, morir de inanición.

No quiero un secoya más para mi bosque de árboles muertos.

Si digo sí no podré contener todos estos sentimientos que están ahí, dormiditos, esperando mi decisión final.

Inevitablemente vendrán con mi amor una serie de necesidades y requerimientos.

Y no seré capaz de exigirte nada.

Entonces calcularé mis pedidos para no alejarte. 

Y al final, mi secoya morirá de pie.

Así que no, si no me vas a querer intensamente, no me interesa.

Café

Lo único que quiero decirte, es que si bien no sé con cuántas cucharaditas de azúcar te gusta el café; puedes estar seguro de que has calado en mí, en tantos niveles... que incluso has modificado la paleta de colores de mis sueños...

No me he atrevido a instalarme en el mundo que creaste para nosotros, porque lo sentiría como una intromisión, si al lado de mi mecedora no estuviera la tuya, meciéndote.

Sin embargo, espero que cuando tenga 71 años, en nuestro primer aniversario, estés tú, en tu mecedora, leyéndome un cuento, mientras yo en la mía, tejo para ti, una chalina roja.

Sin piso

No es fácil.

Caer en la cuenta, de que no hay nada que pueda decir sobre ti, 

que no me rompa el corazón.

Y sin embargo me rehúso a extraerte de mi vida.

Sigues ahí. En el fondo.

Como el último recurso.

Como mi plan de contingencia.

Como esa idea a la que siempre acudiré,

cuando todo mi sistema de creencias se tambalee.

He intentado justificar tus abandonos. 

Para no verme obligada a pedirte que te vayas.

He intentado encontrarles razones, pero fueron más bien excusas.

Y ya no me sirven.

Ya no me sirven.

Me abandonaste.

Cuando mi sistema de creencias tiembla,

pensar en ti solo me trae más dudas e inseguridad.

Ya no eres tierra firme para mí.

Y no te cuento la pena que eso me causa.

Grietas

No creo que tantas grietas en tan poco tiempo sean buena señal;

de todo corazón, no lo creo.

Quizás debí ser "sensata" y no permitir que las cosas llegaran tan lejos.

Ahora no tengo el valor para retractarme.

Y considerando lo largo del camino recorrido, tampoco sé si pudiera.