Cuánto me has dolido, Dosmilcatorce.
Cuánto me costó.
Cuánto pataleé..
Me agobiaste con frustraciones, caída tras caída.
Y no había cuándo carajo levantarse y sacudirse...
Una ola furiosa de fracasos que me revolcó todo el año.
Y es como si recién pudiera salir de esa violencia y por fin respirar un poco...
Por fin un poco de aire en mis pulmones...
Pero ya te vas, Dosmilcatorce del demonio, y no sabes el alivio que eso significa para mí.
Vete con dignidad, por que fuiste tremendo en el campo de batalla, y casi, casito acabas conmigo.
Yo también te despediré con dignidad, por que vencí y ahora soy más fuerte.
Chau Dosmilcatorce Deldemonio... Por fin te acabas!
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