Hacía frío y querías besarla.La veías temblando frente a ti.Y no querías otra cosa que besarla.Su fragilidad te conmovió a niveles que tú mismo no sospechabas que existían.Y querías besarla.Intentaste tocar su mano, y ella no supo qué hacer.Perdió el control de su cuerpo, hizo un gesto de fastidio que separó su mano de la tuya, y se fue.Se fue a sentarse en una esquina, a desear con todas sus fuerzas que su mano estuviera en la tuya, y que tus labios humedecieran los suyos, que todos desaparecieran, para sentir tu cuerpo entero estremecerse, cuando por fin la tomaras en tus brazos.
Solo en invierno se puede sentir el verdadero calor de los cuerpos.
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