sábado, 12 de junio de 2010

La estación del tren II

Belinda Sánchez apoyó su maleta anaranjada en el piso, como esperando una respuesta. Entonces dijo: "Ya son las 6:02pm ¿no sueles comer mandarinas a esta hora? Te puedo acompañar con una mandarina, como que recupero mi bufanda turquesa." Nicanor Gutiérrez seguía perplejo, no pudo elegir uno solo de los 857 pensamientos que cruzaron su mente para decírselo en voz alta a Belinda Sánchez. La dulce sonrisa de Belinda Sánchez se fue convirtiendo en una especie de mueca de desconcierto. El silencio de Nicanor Gutiérrez le había permitido escuchar y repetir en su mente las palabras que acababa de pronunciar. Qué tonta es Belinda Sánchez! pensó una vez más... Ante la impasibilidad de Nicanor Gutiérrez, Belinda Sánchez empezó a sentirse insegura, ridícula. Tomó su pequeña maleta anaranjada entre sus brazos, y salió corriendo de la estación del tren. Se subió a un taxi, y lloró todo el camino a casa. Nicanor Gutiérrez dudó por un segundo si todo esto había pasado en verdad, o si solo había sido producto de su imaginación. Hace dos horas que el tren de las 6 partió. Hace dos horas que Nicanor Gutiérrez está sentado, inmóvil, en la banca de la estación del tren, buscando las palabras que hubiera querido decir.

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